neurologia

CRECER JUNTOS

05 Feb 2024

¿Existe realmente la felicidad? ¿Se puede lograr? O dicho de otro modo: ¿Existe la vida sin problemas, sin dificultad, sin lágrimas? Me rehúso a pensar que mi tarea sea de esculpir su calidad de vida a través de fármacos. Es cierto que hay algunos pacientes que necesitan los medicamentos de por vida. Sin embargo, si usted está inquieto por la adicción y la dependencia, debo decirle que es adicto aquél que tiene su vida girando alrededor de éstos, como ejemplo el alcohólico gira en torno al alcohol, y el drogadicto alrededor de la droga. Yo no espero que su vida gire en torno a los medicamentos.

Tengo el privilegio de haber llegado a un punto de mi vida profesional en que la búsqueda del servicio a las personas es lo más importante, y el abordaje con una “pócima” no es suficiente, ni menos un sello de servicio. No pretendo satisfacer las expectativas de todos, pero sé que mi vida profesional no ha dependido de mí; si así fuera habría fracasado mi intento por cubrir alguna mínima expectativa.
He sido guiado para crecer y hacer crecer, más que para saber mucho de enfermedades y fármacos. Si usted no crece, ni yo tampoco, es muy probable que no sea el médico más adecuado para su problema.
No creo, en ninguna forma, tener la última palabra en todo: me envanecería como un necio; sin embargo tengo la confianza de entregar un buen apoyo en la medida que Dios me usa, ya que esta entrega me ha hecho crecer a mí también. No creo haber alcanzado una meta sobresaliente, sino creo estar en un camino sobresaliente de verdad, cuyo clímax no puede estar en su plenitud nunca; si no sería el término de mi maduración, y yo creo que se madura hasta que se muere. Tampoco se adquiere el bienestar de salud en forma absoluta, pero sí se puede vivir en paz en medio de la adversidad.

Quizá uno de los pacientes con el que me es más difícil trabajar es con los que solo quieren llegar a manejar síntomas transparentando lo menos posible su corazón. Con los que sí se avanza es con los que saben dar y también recibir; que son capaces de no ser sabios sólo en la opinión personal. Con ellos avanzo en la terapia que ellos buscan, pero además crezco yo también.
Quiero, por último hacer una diferencia entre la gentileza y la dedicación. Yo lo puedo atender con lo mejor de mis recursos en gentileza, pero mi dedicación es Dios, mi familia y mi propia integridad; así soy más útil al prójimo. En este aspecto, no se fíe de mí, sino del único Todopoderoso, que lo defenderá de mis errores. Así, usted se sentirá menos defraudado de mis desaciertos, porque los tengo, y debo reconocerlos.

Me gustaría conocer su pensamiento en unas líneas, y seguir aprendiendo junto con usted.

Dr. Jorge Galdames Villagra
Neurólogo Clínico

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Dr. Jorge Galdames Villagra, Neurólogo Clínico